¿No deberías querer saber qué hace tu banco con tu dinero? ¿Consideras que deberías tener un mayor poder de decisión sobre el destino final del mismo? ¿Quieres financiar a la industria militar o prefieres que se utilice para financiar la economía real?
Seguramente tú, que estás ahora mismo leyendo estas letras, tienes igual que yo una cuenta abierta en alguna entidad, donde tienes depositados tus ahorros, domiciliados los recibos, dispones de una tarjeta de crédito y quizás algún préstamo. Y también es muy posible que la mayoría no tengamos idea de qué es lo que ocurre con nuestro dinero una vez queda depositado allí. Un día como otro cualquiera me dio por preguntarme qué hace mi banco con mi dinero, y las respuestas que obtuve no me dejaron para nada indiferente, y más cuando empecé a descubrir alguna de las prácticas habituales de la banca convencional en relación con la industria armamentística, incluyendo la nuclear, y los conflictos de guerra en los que se utilizan.
“Creo, sinceramente, como tú, que los sistemas bancarios son más peligrosos que los ejércitos.” Thomas Jefferson
Esta historia comienza así: un día aburrida en casa escribí en mi ordenador: “relación banca industria armamentística”, y aparecieron 19 millones de resultados en menos de un segundo. ¡Bingo! No hace falta ser un gran investigador para acceder a dicha información. La clave, como casi siempre, es querer saber a qué se está destinando nuestro dinero. Daremos unos pocos datos que nos pondrán rápidamente en situación:
- Presupuesto militar mundial de 2018: 1,6 billones de euros y subiendo. Muchos ceros para nuestras confinadas mentes.
- En España hay más de 200 industrias militares, cuyo ratio de endeudamiento gira en torno al 75%. Si extrapolamos dichas prácticas al resto del mundo, que se mueve en cifras similares, sin la financiación bancaria sólo se produciría una cuarta parte del armamento, lo que implicaría a su vez muchas menos guerras y muertes en conflictos armados.
- Objetivo principal de la banca: maximizar la rentabilidad económica, dejando de lado el enfoque ético de sus inversiones.
La industria armamentística es un negocio muy suculento que necesita mucha financiación externa. Está claro que a la banca no le importa llenarse las manos de sangre a cambio de conseguir un interesante margen de beneficio. Brujuleando un poco más por la web vemos que hay un ranking de banca armada a nivel internacional y a nivel nacional, en el se puede ver que prácticamente toda la banca tradicional invierte en armas, destacando con diferencia por encima de los demás el BBVA, con 4.450 millones de euros de financiación durante el periodo 2014-2019, y el Banco Santander, con 3.000 millones en el mismo periodo. También están presentes, aunque con cifras menos abrumadoras, el Banco Sabadell, Bankia o Caixabank.
Ante estos datos cabe preguntarse, ¿son todos los bancos iguales? ¿Es que no tengo opciones acaso? Pues siempre hay alternativas y en los últimos años ha ido creciendo en importancia y volumen la Banca Ética, cuyo objetivo no es únicamente el de la rentabilidad económica, sino compatibilizarlo con los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente, invirtiendo en proyectos que fomenten el desarrollo local y la economía social y solidaria.
Dentro del Mercado Social de Madrid somos afortunadas puesto que contamos con entidades y cooperativas como Fiare Banca Ética, Coop57, Proyecto Jak y Oikocredit, todas ellas democráticas y que nos permiten saber que nuestro dinero es usado como un arma, sí, pero esta vez de transformación social.
Ha llegado el momento de comenzar a investigar un poco sobre las distintas opciones que tenemos para depositar nuestros ahorros y pasar a la acción. Quizás este confinamiento nos puede dar ese margen de tiempo que muchas veces necesitamos para hacernos algunas de estas preguntas
Sé el cambio que quieres ver en el mundo, y no muevas sólo tu mente, ¡mueve también tu dinero!
Irene Romero Esteban y Daniel Rojo, Mercado Social de Madrid
¿No deberías querer saber qué hace tu banco con tu dinero? ¿Consideras que deberías tener un mayor poder de decisión sobre el destino final del mismo? ¿Quieres financiar a la industria militar o prefieres que se utilice para financiar la economía real?
Seguramente tú, que estás ahora mismo leyendo estas letras, tienes igual que yo una cuenta abierta en alguna entidad, donde tienes depositados tus ahorros, domiciliados los recibos, dispones de una tarjeta de crédito y quizás algún préstamo. Y también es muy posible que la mayoría no tengamos idea de qué es lo que ocurre con nuestro dinero una vez queda depositado allí. Un día como otro cualquiera me dio por preguntarme qué hace mi banco con mi dinero, y las respuestas que obtuve no me dejaron para nada indiferente, y más cuando empecé a descubrir alguna de las prácticas habituales de la banca convencional en relación con la industria armamentística, incluyendo la nuclear, y los conflictos de guerra en los que se utilizan.
“Creo, sinceramente, como tú, que los sistemas bancarios son más peligrosos que los ejércitos.” Thomas Jefferson
Esta historia comienza así: un día aburrida en casa escribí en mi ordenador: “relación banca industria armamentística”, y aparecieron 19 millones de resultados en menos de un segundo. ¡Bingo! No hace falta ser un gran investigador para acceder a dicha información. La clave, como casi siempre, es querer saber a qué se está destinando nuestro dinero. Daremos unos pocos datos que nos pondrán rápidamente en situación:
- Presupuesto militar mundial de 2018: 1,6 billones de euros y subiendo. Muchos ceros para nuestras confinadas mentes.
- En España hay más de 200 industrias militares, cuyo ratio de endeudamiento gira en torno al 75%. Si extrapolamos dichas prácticas al resto del mundo, que se mueve en cifras similares, sin la financiación bancaria sólo se produciría una cuarta parte del armamento, lo que implicaría a su vez muchas menos guerras y muertes en conflictos armados.
- Objetivo principal de la banca: maximizar la rentabilidad económica, dejando de lado el enfoque ético de sus inversiones.
La industria armamentística es un negocio muy suculento que necesita mucha financiación externa. Está claro que a la banca no le importa llenarse las manos de sangre a cambio de conseguir un interesante margen de beneficio. Brujuleando un poco más por la web vemos que hay un ranking de banca armada a nivel internacional y a nivel nacional, en el se puede ver que prácticamente toda la banca tradicional invierte en armas, destacando con diferencia por encima de los demás el BBVA, con 4.450 millones de euros de financiación durante el periodo 2014-2019, y el Banco Santander, con 3.000 millones en el mismo periodo. También están presentes, aunque con cifras menos abrumadoras, el Banco Sabadell, Bankia o Caixabank.
Ante estos datos cabe preguntarse, ¿son todos los bancos iguales? ¿Es que no tengo opciones acaso? Pues siempre hay alternativas y en los últimos años ha ido creciendo en importancia y volumen la Banca Ética, cuyo objetivo no es únicamente el de la rentabilidad económica, sino compatibilizarlo con los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente, invirtiendo en proyectos que fomenten el desarrollo local y la economía social y solidaria.
Dentro del Mercado Social de Madrid somos afortunadas puesto que contamos con entidades y cooperativas como Fiare Banca Ética, Coop57, Proyecto Jak y Oikocredit, todas ellas democráticas y que nos permiten saber que nuestro dinero es usado como un arma, sí, pero esta vez de transformación social.
Ha llegado el momento de comenzar a investigar un poco sobre las distintas opciones que tenemos para depositar nuestros ahorros y pasar a la acción. Quizás este confinamiento nos puede dar ese margen de tiempo que muchas veces necesitamos para hacernos algunas de estas preguntas
Sé el cambio que quieres ver en el mundo, y no muevas sólo tu mente, ¡mueve también tu dinero!
Irene Romero Esteban y Daniel Rojo, Mercado Social de Madrid