Los dos bancos más importantes de nuestro país, el Banco Santander y el BBVA, se encuentran entre las entidades de crédito que más invierten en combustibles fósiles de todo el mundo.
Cuando depositamos nuestros ahorros en un banco solo pensamos en que las comisiones, intereses y servicios que nos preste esa entidad sean los mejores. Sin embargo, ¿sabemos a dónde va ese dinero que dejamos en nuestra cuenta de ahorros?
La crisis climática ha concienciado a la mayoría de la sociedad de que tenemos que cambiar nuestros hábitos del día a día, que nuestra forma de producir no es la adecuada para evitar los desastres ecológicos que se están produciendo. La conciencia sobre los procesos productivos sostenibles y la necesidad de promover energías renovables es algo que poco a poco se consolida.
A pesar de todo esto, y sin darnos cuenta, las energías fósiles como el carbón y el petróleo siguen siendo la energía más consumida de todo el planeta. Según el Banco Mundial, casi el 80% del consumo mundial de energía procede de combustibles fósiles.
¿Quién financia la contaminación del planeta?
Los mayores bancos y entidades de crédito de todo el mundo financian las energías fósiles, y en este ranking se encuentran bancos españoles como el Santander y el BBVA. A pesar de sus campañas públicas sobre inversión en energías renovables y sostenibles, muchos informes como el de Banking on Climate Change: fossil fuel finance report card 2019, muestran que hay grandes inversiones de estas entidades en la producción de petróleo o carbón, incluso tras la aprobación del Acuerdo Climático de París en 2015, donde se comprometían a establecer medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Unos 35 bancos de inversión líderes mundialmente muestran un financiamiento de más de $ 2.66 billones para las industrias de combustibles fósiles desde el acuerdo de París.
El Banco Santander es junto a BNP Paribas y CIBC, el banco europeo que más aumentó porcentualmente su financiación en fósil entre 2018 y 2019: 75%, tras pasar de 5.123 millones de dólares a 8.977 millones. El BBVA invirtió 4.350 millones de euros solo el año pasado, y 16.000 millones de euros en los últimos cuatro años. Esto es lo que muestra la realidad pero, a pesar de esto, en sus campañas siguen señalando las grandes aportaciones que realizan en energía verde e infraestructuras sostenibles.
Existe una Banca Ética y Alternativa, una banca que además de gestionar tus ahorros y conceder créditos también piensa en construir una sociedad mejor y más justa, así como en promover proyectos sostenibles. Bancos como Fiare, entidades de crédito como Oikocredit y cooperativas como Coop57 están entre los principales exponentes de las finanzas éticas en nuestro país.
Este tipo de entidades y cooperativas financian proyectos sostenibles y se rigen por unos criterios éticos y democráticos. De esta manera, puedes invertir tus ahorros en Oikocredit, y estos se destinarán a mejorar las condiciones de vida de personas y comunidades en África, Asia y Latinoamérica, donde se diversificaran en proyectos de agricultura sostenible, microfinanciación, energías renovables y comercio justo, principalmente.
Por otro lado, Coop57 destina y capta ahorro de la sociedad civil para canalizarlo a proyectos cooperativos en España que promuevan el asociacionismo, la solidaridad y la sostenibilidad sobre una base de principios sociales y éticos.
Por último, y no por ello menos importante, Fiare Banca Ética es un banco cooperativo que te ofrece las mismas funcionalidades que cualquier otro banco convencional. Sin embargo, Fiare, al igual que los proyectos anteriores, es una herramienta al servicio de la transformación social a través de la financiación de proyectos de la economía social y solidaria, mediante una gestión democrática y transparente.
El cambio social y ambiental tiene que venir de nuestros actos como personas. Dejar nuestros ahorros en un banco u otro puede parecer una decisión sin importancia a primera vista, pero cuando optas por la banca ética ten por seguro que estás contribuyendo a salvar el planeta.
Irene Romero Esteban