Como bien sabemos todos el coronavirus está teniendo en todo el mundo un efecto devastador, pero especialmente en África y América Latina está afectando a las personas más pobres y vulnerables. Incluso antes del brote de Covid-19, 135 millones de personas en todo el mundo se enfrentaban a un hambre aguda.

El brote de coronavirus podría crear una crisis alimentaria que se sumaría a la crisis sanitaria, dejando a muchas personas que mueran de malnutrición. Si no se actúa de manera coordinada, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que el brote de coronavirus podría duplicar el número de personas que se enfrentan al hambre aguda en 2020.

Debido a esta pandemia hoy Oikocredit nos lleva al mundo rural, puesto que no debemos olvidar que los agricultores que cultivan alimentos para sí mismos y venden los excedentes a las comunidades circundantes constituyen la espina dorsal del suministro de alimentos en muchos países en desarrollo. No en vano, alrededor del 70% de la población mundial se alimenta de pequeños productores.

Con los mercados cerrados y los agricultores con dificultades para obtener el crédito necesario para la preparación de la tierra y la compra de semillas, éstos corren el riesgo de pasar hambre y no poder satisfacer las necesidades del mercado local. Como sabemos por el pasado, las personas que padecen inseguridad alimentaria tienen más probabilidades de abandonar las zonas rurales y empezar a buscar mejores perspectivas en las ciudades. Esta tendencia podría permitir una mayor propagación del virus, o aumentar las tensiones y la violencia entre los diferentes grupos sociales. La interrupción de las cadenas de suministro locales y la disminución de la producción ya ha provocado un aumento de los precios de los alimentos en muchos mercados locales.

En los países en desarrollo, la gente protestaba porque si no morían de Covid-19, morirían de hambre. Exigían que los gobiernos liberaran el bloqueo y proporcionaran la ayuda alimentaria que necesitaban.

La ayuda alimentaria y el apoyo de los gobiernos son de suma importancia para los más vulnerables, pero también se necesita el apoyo de las instituciones de microfinanciación que pueden desempeñar un papel importante en esta crisis.

La ayuda alimentaria y el apoyo de los gobiernos son de suma importancia para los más vulnerables, pero también se necesita el apoyo de las instituciones de microfinanciación que pueden desempeñar un papel importante en esta crisis.

Oikocredit es una Cooperativa Internacional de Inversión Ética con más de 40 años de existencia, siendo uno de los mayores inversores sociales del mundo. Nuestro objetivo es hacer posible el acceso a los servicios financieros para todas las personas. Se creó con la finalidad de canalizar ahorros  de gente con más disponibilidades económicas para financiar proyectos que permiten a las personas desfavorecidas construir una vida mejor.

La mayor parte de la microfinanciación de Oikocredit llega a agricultores de las zonas rurales. Durante muchos años, hemos favorecido a las organizaciones que tienen una parte importante de sus préstamos con los pequeños agricultores para proporcionar los fondos necesarios para la próxima cosecha.  A menudo se trata de préstamos a corto plazo por unos pocos meses. Los agricultores compran semillas, fertilizantes y pagan por la preparación de la tierra. Devuelven el préstamo con lo que ganan después de vender sus productos a los vecinos y en los mercados locales. Tal es el caso de esta pequeña entidad de Senegal, que promueve el consumo lácteo y las variedades locales de cereales.

Muchas de las instituciones de microfinanzas apoyadas por Oikocredit son relativamente pequeñas. Incluso antes del brote de Covid-19, les resultaba difícil conseguir el capital necesario para conceder préstamos a estos agricultores. En la crisis actual, obtener nueva financiación para ellos es aún más difícil. Los bancos centrales están desarrollando programas para apoyar al sector bancario formal. Sin embargo, las instituciones microfinancieras pequeñas y no reguladas casi nunca cumplen los requisitos para recibir este apoyo.

En Oikocredit decidimos seguir apoyando a nuestros socios actuales. Nuestro trabajo en estos días se centra en la salud financiera de nuestros socios y en apoyarlos para que puedan capear el temporal. La forma en que actuamos hoy y el apoyo que brindamos tiene consecuencias de gran alcance para el presente y el futuro. Al prestar un apoyo firme y continuo a nuestros asociados, nosotros, a su vez, apoyamos a las personas de bajos ingresos para que tengan alimentos en la mesa y, en última instancia, evitamos que una crisis de salud se convierta en una crisis alimentaria.

Ahora, más que nunca, las finanzas éticas tienen que ayudar a equilibrar la balanza de la desigualdad y apoyar a las personas más desfavorecidas. Mucha gente te lo agradecerá en la distancia.

Ahora, más que nunca, las finanzas éticas tienen que ayudar a equilibrar la balanza de la desigualdad y apoyar a las personas más desfavorecidas.

Si crees que ha llegado el momento de que tus ahorros sean un alma de transformación masiva, estás leyendo la información adecuada. Conviértete en el cambio que quieres ser y ¡únete a Oikocredit!

Si quieres saber más de Oikocredit, entrar como voluntario/a para fomentar la creación de una comunidad de “pensumidores”, invertir o participar junto a nosotras en los procesos de sensibilización, visita nuestra web y ponte en contacto a través de: oikocreditgrupomadrid@gmail.com.

Texto elaborado por Oikocredit Madrid, entidad colaboradora del Mercado Social de Madrid.