Todos los años, desde hace tres, en diciembre comparto recursos gratuitos y abro un taller específico para revisar el camino andado, integrar lo vivido y proyectarnos en el futuro, en lo porvernir. No se trata de hacer una revisión exhaustiva de nuestras experiencias, sino de darles espacio para que ocupen su lugar; leer hacia atrás para poder, así, seguir escribiendo hacia adelante. Suelen ser propuestas sencillas, basadas en lo simbólico y en la idea de que el tiempo no es una línea recta sino que se parece, más bien, a un proceso en espiral; una narrativa del transcurso de la existencia mucho más acorde a nuestra experiencia y a los ciclos de la naturaleza, de la que formamos parte.

Este año el taller será en enero, y será compartido con una persona muy especial para mí que también acompaña a otras personas; pronto os contaremos más. Pero quería cerrar el año dejando un espacio para encontrarnos e hilar las narrativas de lo vivido; dar unas cuantas puntadas adelante y atrás, como buenas hilanderas e hilanderos de la experiencia.