¿Qué huella dejamos? El modo en el que nos desplazamos, el tipo de energía que consumimos en casa, el mantenimiento de nuestros aparatos… Es sencillo hacerlo mejor. ¡Sigue bajando!

Ecooo somos una entidad de la economía social y solidaria, de no lucro, cuyo cometido principal es posibilitar el cambio de modelo energético. Ecooo busca un modelo que sea más verde, más renovable y que tenga a las personas en el centro. Para ello desarrolla varias líneas: la primera, la inversión en energía renovable para que quien lo desee pueda invertir una parte de sus ahorros en plantas solares fotovoltaicas y conseguir rentabilidad gracias a la energía verde. La segunda, el autoconsumo, poniendo paneles en los tejados y ayudando a las personas a hacerse productoras y consumidoras de su energía. Y la última, la pedagogía: explicar qué es esto de la energía.

Es necesario otro modelo energético por el reto que supone el cambio climático, cuyos devastadores efectos ya notamos. Urge cambiar el modelo energético para poder convivir con el planeta. Es necesario un modelo que empodere a las personas, porque la energía es todo, absolutamente todo.

La economía social y solidaria es la economía que pone a la persona en el centro. Nos permite no solo fijarnos en el fin, sino también en el como. Nos permite tejer redes con organizaciones afines que entienden el mundo como nosotras.

Somos una cooperativa de arquitectura, fundamentalmente orientada a la rehabilitación, que pone especial atención en los aspectos sociales y ecológicos que entran en juego en el sector de la arquitectura.

Creemos que es necesario otro modelo energético porque de ello depende que podamos dejar a nuestras hijas e hijos un mundo en el que vivir dignamente. Frente a los que ponen el foco en satisfacer la demanda actual a través de medios menos perjudiciales -pero igualmente insostenibles-, en ReBive apostamos por un modelo de organización de la vida que reduzca la demanda energética.

La economia solidaria ofrece la capacidad de proponer soluciones integrales a los problemas. Si dejamos que la economía de mercado imperante, caracterizada principalmente por su objetivo de maximizar el beneficio a corto plazo, sea la única en proponer soluciones, estas sólo serán parciales, excluyentes o falsas soluciones. Por poner un ejemplo: la rehabilitación energética de los edificios se puede hacer de varias maneras. En ReBive abogamos por la rehabilitación energética realizada con materiales aislantes renovables. Los modelos empresariales lucrativos lo están haciendo mayoritariamente con derivados del petróleo, lo cual es un contrasentido absoluto.

Somos una cooperativa madrileña de consumo que comercializa energía eléctrica 100% renovable y ofrece un paquete de servicios energéticos para que los hogares, empresas y organizaciones sean más sostenibles, a través de una nueva cultura energética.

Necesitamos con urgencia un nuevo modelo energético que vaya más allá de la mera sustitución de los combustibles fósiles por tecnologías renovables. Un modelo que priorice la protección de la naturaleza y los derechos humanos desde la justicia ecológica, social y económica. Y, para ello, tenemos claro que es fundamental apostar por la economía social y solidaria.

Buscar soluciones a las demandas energéticas crecientes necesita de mucha participación ciudadana, intercooperación, solidaridad y apoyo mutuo. En un mundo con profundas desigualdades, donde la brecha socioeconómica no deja de acrecentarse, la economía social y solidaria nos permite romper con unas reglas del juego que sólo benefician a las grandes corporaciones, quiénes actúan con total impunidad externalizando los costes ecosociales. Y nos permite hacerlo compartiendo saberes y conocimientos y tejiendo redes para que esa nueva cultura energética ciudadana sea una realidad.

Light for Humanity trabajamos tanto en España como en otras zonas del mundo sin acceso a la electricidad. Nuestra misión es acabar con la pobreza energética a través del acceso a la energía solar, garantizando que todas las personas puedan generar su propia energía gracias al desarrollo de dispositivos solares con almacenamiento y a través de la financiación para que las personas puedan acceder a dicha energía sin grandes desembolsos.

Hasta ahora no se ha tenido en cuenta la capacidad de las personas a la hora de poder pagar la energía. Tampoco se ha tenido en cuenta el medio ambiente a la hora de producir la energía. Lo único que primaba era el beneficio de unos pocos. El nuevo modelo energético no solo implica energías renovables, sino también que la energía pase a estar en manos de la gente: que las personas podamos gestionar nuestra producción y consumo de una forma eficiente y sostenible a largo plazo.

La economía social y solidaria contribuye a reducir las desigualdades sociales y a generar comunidades sólidas alrededor de la energía que permitan superar todas las dificultades que afrontamos en este siglo en términos energéticos.

Socaire somos una entidad especializada en el asesoramiento energético que cuenta con un proyecto social detrás de dicha actividad. Nuestra finalidad es luchar contra la pobreza energética. Para ello, tenemos una serie de servicios como son el asesoramiento energético y la alfabetización energética. Los beneficios económicos obtenidos a través de estos servicios se vuelcan en nuestro eje vertebral: la intervención social.

Es esencial la transformación del modelo energético porque hay una falta de conocimiento inmensa en todo lo que tiene que ver con la energía. Sabemos qué tarifas de móvil tenemos, pero a la hora de hablar de potencia, empresas eléctricas, no sabemos, cuando la energía es algo de lo que depende nuestra cotidianidad. Por este motivo, hay que apostar porque sea transparente y que entendamos todas.

Hacerlo a través de la economía social y solidaria es fundamental porque el camino ya es lo suficientemente difícil como para intentar transformarlo solas. Necesitamos hacerlo desde la cooperación y el trabajo en red con otras organizaciones, de forma que tengamos más potencia, apoyo e ideas

Somos una cooperativa de consumo sin ánimo de lucro cuyo objetivo es la generación y comercialización de energía procedente de fuentes renovables.

El cambio de modelo energético es importante porque la energía es un derecho fundamental. Considerarla un negocio, en lugar de como un derecho, siempre dejará fuera a gente vulnerable o que no aporte rentabilidad económica. También es fundamental porque necesitamos un modelo energético más cercano a la ciudadanía y distribuído en muchas manos, de forma que todas las personas participemos, en la medida de nuestras posibilidades, en la generación de energía o en la adquisición de conciencia sobre el rol que tenemos como consumidoras. El cambio de modelo energético implicará también una mayor participación de la mujer, algo necesario para que la transición ecológica incluya cuestiones fundamentales para la sostenibilidad de la vida que hasta ahora han sido despreciadas.

Es importante hacer todo esto desde la economía social y solidaria para dejar atrás el lucro como motor de actividad y situar en el centro a las personas y organizaciones que apuestan por este modelo. También es fundamental cambiar el tipo de relaciones económicas que imperan en la sociedad, pasando de unas relacionadas basadas en la maximización del interés individual a otras basadas en la solidaridad.

Somos una cooperativa para la instalación de energía fotovoltaica y la ejecución de proyectos en torno a la eficiencia energética.

El modelo energético está regulado de una forma que es muy importante entender: es un oligopolio, con muy poca gente jugando y por tanto controlando los precios y repartiéndose unos beneficios muy altos. Además, está regulado de una manera muy compleja de entender para la ciudadanía. ¿Qué podemos hacer frente a esto? Para nosotras, la clave está en que la producción sea descentralizada y en tener un papel activo como personas consumidoras. El sol y el aire están en todas partes, y eso permite que las personas seamos productoras -ya sea individualmente u organizándonos colectivamente- en una inmensidad de pequeños lugares, lo cual nos aportará autonomía respecto al oligopolio y las energías fósiles.

Una de las cosas que más nos llamó la atención al inicio es lo pequeñita y lo modular que puede ser la energía fotovoltaica. Podemos generarla y compartirla. Podemos transmitirnos la energía. Y eso nos recuerda mucho al funcionamiento de la economía solidaria. La colaboración frente a la competición, la organización colectiva de cercanía frente al individualismo y la gran escala, y el funcionamiento en red frente a las grandes estructuras representan la forma en la que creemos que deben acometerse los grandes retos que tenemos.

Energy Flow Concept tenemos un laboratorio de ingeniería donde realizamos consultorías energéticas y análisis de la calidad del aire para la descarbonización de edificios.

La transición energética es importante, en este caso a nivel de edificación y arquitectura, porque dentro de los edificios pasamos una gran parte de nuestras vidas. No trabajar la energía desde un punto de vista global en el interior del edificio hace que las personas usuarias inviertan mucho más dinero en confort y en cubrir sus necesidades básicas que lo que invertirían en caso de que la energía estuviese optimizada: si lleváramos a cabo un plan de eficiencia energética, dejaríamos de depender de economías inestables como la del gas. A nivel individual tener una reducción de consumo hace que no dependamos tanto ni del exterior ni de las grandes empresas que se lucran y desempoderan a la gente.

Tratamos de dar herramientas a la persona prosumidora para que tenga fuerza frente a las grandes compañías. Usamos la rentabilidad económica para llegar al fin que tenemos, que es descarbonizar viviendas.

Somos una organización ecologista y pacifista internacional, económica y políticamente independiente, lo que nos da una libertad para presionar y denunciar y proponer soluciones libres de cualquier interés.

Es necesario cambiar el modelo energético porque es absolutamente insostenible e injusto. Es insostenible porque está basado en energía fósiles que han provocado cambio climático cuyo inicio estamos atisbando y una desigualdad, pobreza e injusticia tremendas. Además es un modelo injusto que perpetúa el modelo de las grandísimas empresas del oligopolio que han lastrado las políticas de este país en materia energética y que han impedido que la sociedad civil participe en el modelo energético de una manera formada, informada y activa. Quien puede hacer esa transición son los Gobiernos, las empresas, pero sobre todo la ciudadanía, y por eso la economía social y solidaria es importante, porque el principal agente de cambio es la ciudadanía. Tenemos que trabajar la energía como un derecho universal que debe ser democratizado. Tenemos que trabajar en otro modelo energético salva vidas, permite educación salud y alimentación.