La pandemia ha puesto en evidencia la fragilidad del sistema alimentario globalizado, su vulnerabilidad de un extremo a otro de la cadena y las desigualdades sociales sobre las que se construye. Al mismo tiempo, ha dejado patente la importancia de los sistemas agroalimentarios locales.
El trabajo de Justicia Alimentaria a lo largo de este difícil año nos ofrece una perspectiva de la pandemia en clave alimentaria, tal y como se recoge en su Memoria 2020, que hemos hecho desde punto&coma.
Campañas para denunciar los problemas derivados de la alimentación procesada, impulso a la producción agroecológica, formación de profesorado, comedores escolares, escuela de familias, incidencia política, sensibilización, trabajo con movimientos y organizaciones locales en América Latina y África… todo ello dirigido a promover modelos agroalimentarios más sanos, justos y sostenibles, defendiendo la soberanía alimentaria con perspectiva de género.
Como cada año, hemos trabajado con Justicia Alimentaria para que su Memoria, además de cumplir la función de transparencia y rendición de cuentas, sirva de altavoz de su trabajo.