El primer paso para el desarrollo de la agroecología es su conocimiento y aterrizaje “a tierra”. Como en la mayoría de las disciplinas y saberes, la educación es la base para que esto ocurra. En este sentido, en el momento en el que nos encontramos, con una crisis económica derivada de la pandemia de la COVID-19 y una crisis ecosocial ya avanzada, existe una gran oportunidad para impulsar la agroecología en el ámbito educativo.

No podemos perder la oportunidad de incluir los principios de la agorecología y su potencial desarrollo en el Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PAEAS), que está llevando a cabo el Gobierno junto a diferentes actores de todo el Estado, tras 20 años de la publicación del Libro Blanco de la Educación Ambiental en España.

Desde nuestro punto de vista, una de las limitaciones de la agroecología es que está en cierto sentido disociada de la educación, reduciéndose en gran parte a la sensibilización ciudadana, pero no a su implicación directa en la reflexión y experimentación de sus principios. Puede que uno de los motivos sea porque el concepto queda, normalmente, “reducido“ al ámbito rural o colectivos rurales, como el campesinado o la población “neo-rural“.

Por ello, se hace necesario cambiar las lógicas y poner de manifiesto la necesaria “re-conexión” entre campo y ciudad, fomentando la agroecología también en los centros educativos, ampliando el potencial de otras acciones como los grupos de consumo, los mercados agroecológicos y fortaleciendo el debate en torno a la implementación de determinadas políticas públicas.

Desde Germinando, os dejamos este decálogo resumen de retos, oportunidades y ventajas de la agroecología en el ámbito educativo, que encuentra su principal expresión en el marco de los huertos educativos y escolares.

Leer decálogo de retos y oportunidad de la agroecología en la educación: http://germinando.es/oportunidad-agroecologia-educacion/