El pasado jueves 5 de noviembre tuvo lugar la presentación del Barómetro de las Finanzas Éticas de 2019, un informe que FETS-Finançament Ètic i Solidari viene realizado mediante su Observatorio desde el año 2008, y que supone una de las principales herramientas que disponemos en la Economía Social y Solidaria para conocer la evolución del sector de las finanzas éticas a nivel estatal. En esta edición han sumado los datos de 22 entidades entre bancos éticos y entidades del sector parabancario y asegurador.
La presentación del informe contó con una mesa redonda en la cual participaron, entre otras, representantes de Coop57, Banca Fiare y Oikocredit, entidades financieras que forman parte del Mercado Social de Madrid. Además, Alfonso Bolado asistió en representación de la Mesa de Finanzas Éticas de REAS, quien señaló los retos que aún persisten en este sector, fundamental en la ESS por su capacidad de impulsar relaciones económicas cooperativas a través de la financiación de proyectos socialmente transformadores. Entre otros objetivos en los que aún queda trabajo, nuestro compañero destacó la importancia de romper el monopolio que la banca y la economía convencional han establecido en la educación económica y financiera, o de intensificar las relaciones entre las finanzas éticas y los servicios públicos.
Los datos de la última edición del Barómetro muestran que las finanzas éticas siguen dando batalla a la banca tradicional, un sector cada vez más oligopolizado que no abandona su sello de identidad propia de anteponer el beneficio económico cortoplacista a cualquier bien colectivo o ecológico. Destaca sobre todo la escasa morosidad de la banca ética, situada por debajo de la mitad del dato de la banca convencional, algo que demuestra la seguridad y eficacia de invertir en proyectos ecosociales y sostenibles. Además, en relación al sector asegurador, el Sello EthSI (Ethical and Solidarity Based Insurance) impulsado por la propia FETS
Sin embargo, los datos de 2019 vienen confirmando una tendencia que ya asomaba en el último barómetro: el crecimiento de tanto los préstamos, como el capital social y del ahorro total de las finanzas éticas, estos últimos alrededor de 2.245 millones de euros, se están estancando. Si bien estos mismos datos para la banca tradicional están en descenso desde hace unos años, este devenir no sólo nos hace reflexionar sobre los límites en el crecimiento de las finanzas éticas, sino también acerca del bienestar de las ya consumidoras responsables. Con todo, como comentaban las entidades en la mesa redonda, debemos evitar caer en el pensamiento patológico capitalista de interpretar como perjudicial toda ausencia de constante crecimiento y, en su lugar, centrarnos en la fortaleza colectiva del sector, sobre todo en una situación como la actual.
De hecho, con la emergencia socioeconómica acuciando de nuevo, buena parte de la mesa redonda estuvo centrada en evaluar qué respuestas han dado las finanzas éticas ante la crisis en la que nos encontramos. Y respuestas ha habido, como el Fondo Cooperativo por la Emergencia Social y Sanitaria de Coop57 o el fondo mutuo para la reactivación de la economía solidaria La Colmena, de la mano de Fiare. En general, como destacaba nuestro compañero de REAS, el apoyo mutuo y la participación en las relaciones populares deben fundamentar el devenir de la banca ética, acciones esenciales para la creación de bienestar colectivo.
Con todo, el futuro se plantea algo confuso. Aún no sabemos cómo acabará este año 2020, ni si llegará algún apoyo económico a las iniciativas de las ESS desde las instituciones públicas. Algo, esto último, que aún no ha ocurrido, como destacaba el secretario de FEBEA, presente en la mesa redonda. Sin embargo, como destacaban desde Coop57, la situación requiere que unamos nuestras fuerzas para combatir la actual crisis desde la cooperación y la mutualidad. Algo en lo que, por la constante lucha contra las lógicas capitalistas y la emergencia climática, ya tenemos experiencia. Al fin y al cabo, ésta es el origen y razón de ser de las finanzas éticas.